En la noche de ayer, tuvimos en inmenso placer de asistir al pregón de nuestro joven socio, Nacho Iriso.
Comenzó el acto con el presidente de la Peña Federico, que dio la bienvenida a los asistentes y al pregonero.
A continuación, Nacho que con sus 11 años atesora ya una sapiencia infinita en cuestiones de la Semana Santa de Sevilla, fue presentado por su primo Lolo.
Les aseguro que hay que seguir a este joven talento, porque si a su corta edad es capaz de decir cosas tan bonitas como las que anoche expresó, es que este niño no tiene techo.
Al principio del sermón sus familiares emocionados dejaban escapar alguna que otra lagrimita, pero a medida que el pregonero iba desarrollando su alocución, la emoción se palpaba en el ambiente y fueron pocos los que se escaparon de coger sus pañuelos y enjuagar sus lágrimas.
Al principio del sermón sus familiares emocionados dejaban escapar alguna que otra lagrimita, pero a medida que el pregonero iba desarrollando su alocución, la emoción se palpaba en el ambiente y fueron pocos los que se escaparon de coger sus pañuelos y enjuagar sus lágrimas.
Para finalizar nuestro joven pregonero agradeció a los asistentes su compañía en un momento tan bonito como el que acababa de vivir y fue obsequiado por el presidente de la peña con un libro de la Semana Santa sevillana.
Solo le pido a Nacho que cuando dentro de unos años sea el pregonero de Sevilla, (cosa que no me cabe la menor duda que va a ocurrir), se acuerde de nosotros y nos reserve una entrada, y allí acudiremos a disfrutar de sus palabras como pudimos hacer anoche.
Enhorabuena Nacho.
En breve les dejaré una copia de su pregón para que puedan disfrutar de él, los que no tuvieron la suerte de asistir al mismo.
4 comentarios:
Claro, sube el audio a la web y que lo escuchemos. Felicidades a Nacho.
Carlos desgraciadamente no tengo el audio, estamos mecanografiando el texto, en cuanto me lo pasen lo colgaré.
Veras que cosas más bonitas dice este gran pregonero a su corta edad.
He de confesar que el pregón me sorprendió y me emocionó, íbamos dispuestos a escuchar un pregón de semana santa, en el que el que se colocaba en el atril era un niño, íbamos dispuestos a contemplar un ritual en pequeñito de lo que en Sevilla se hace a lo grande, pero no , que equivocados íbamos algunos, lo que vivimos fue una lección de vida en la que todos los detalles eran cuidados de forma minuciosa, aparentemente espontánea, pero no, estás cosas no se dejan al azar, como por ejemplo el hecho de que el hermano y el primo del pregonero permanecieran inmóviles durante todo el pregón uno a cada lado del atril, orgullosos, protectores, fieles, lección de solidaridad, compañerismo y unión, desgraciadamente tan en desuso en nuestros días.
Como he dicho antes el pregón me emocionó o mejor dicho el pregonero, Nacho, con toda una lección (ya van dos) de autenticidad, con su cuaderno escrito a lápiz, donde se notaba el paso de una goma de borrar en algunos sitios, con la sonrisa siempre en el semblante y los suyos siempre en la mente (entrañables las dedicatorias a sus dos abuelas), durante todo el acto Nacho además de la sonrisa tenía una chispa especial en su mirada que nos hizo a todos volver a sentir su ilusión, la ilusión del niño ante un hecho importante en su vida, y el verdadero mérito de su alocución no sólo fueron esas letras que tenía escritas en una libreta escolar, fue su capacidad de hacernos sentir niños de nuevo, estrenando oídos estrenando sonrisa, estrenando la vida, volviendo a sentir el beso de nuestros seres queridos en la mejilla y aferrándonos a la mano de nuestros padres paseando por Sevilla.....
Otra lección (y ya van tres) fue justo cuando terminó el acto entre aplausos y Nacho fuera de toda vanidad, agradeció con la sinceridad que sólo es capaz de translucir un niño, a todos los que de alguna forma u otra habían intervenido en su pregón y nombró a sus amigos que habían asistido uno por uno, agradeciéndoles y alegrándose de su compañía en esos momentos importantes para él, demostrando así estar totalmente al día en los valores de la gratitud y la modestia.
Hablando con su padre después del pregón con una Cruzcampo en la mano (que se note que es la que nos da de comer)me decía que en su casa no hay ambiente cofrade que es algo innato en el niño, será verdad, pero estoy seguro que lo que no es innato es ese minucioso y exhaustivo cuidado de las formas y del fondo, y que los hijos son, somos reflejo de los padres en la mayoría de los casos.
Vamos a por otra lección, esta vez de saber estar, como dieron los encargados de organizar el pregón ,(Mayte, Luis gracias por vuestra amistad) ofreciéndole al pregonero un libro que a buen seguro Nacho guardará toda su vida con mucho cariño y orgullo y que le fue entregado por la máxima autoridad en la peña, su presidente Federico, al que he de decir, que cuando iba a entregar dicho libro cruzó la mirada conmigo y al darnos cuenta ambos de que teníamos los ojos vidriosos embargados por la emoción, me dijo “me ha emocionado el chaval”.
Al que haya llegado hasta aquí gracias por aguantarme ,me despido ya agradeciéndole de nuevo a D.Ignacio Iriso jr. el haberme transformado en niño durante unos instantes.
¡¡Enhorabuena pregonero!!
Antonio Rodríguez Conde
Antonio que bonito tu comentario, merecería ser el post principal, has contado mucho mejor y con mayor lujo de detalles lo que realmente ocurrió anoche.
Un abrazo amigo
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