jueves, 20 de noviembre de 2008

Mercadillo de Navidad

Se acerca la Navidad. Fechas en las que consumimos y tiramos sin parar. Compramos y compramos miles de alimentos y regalos que acabarán, parcial o totalmente, tarde o temprano, en los contenedores de basura.
Pero nosotros somos los consumidores finales. Él último eslabón de nuestra peculiar cadena alimenticia, que comienza muchas veces con productores que apenas aprovechan el enorme beneficio final que puede transformar unas patatas en un automóvil de lujo. Patatas que acaban muchas veces en la basura. Y muchas veces intactas. Si nosotros desperdiciamos, tiramos, imaginad las grandes superficies, que llegan a desechar toneladas de alimentos perfectamente consumibles simplemente por sobrepasar su capacidad de almacenamiento. Alimentos que nadie aprovecha, porque se da el caso de que algunos hipermercados (no sabemos cuántos, pero por ejemplo Alcampo) trituran sus excedentes para que nadie pueda hacer uso comercial o privado de ellos.
Mientras, millones de personas pasan hambre.
Nuestros hijos no saben qué hacer con la superabundancia de juguetes que se les viene encima. Da cargo de conciencia ver los contenedores la mañana del día de Reyes, da cargo de conciencia ver que los niños están tan saturados de todo que ya no dan valor a nada y son los primeros en desecharlo todo.
Por eso es tan importante el movimiento freegan. Son personas que luchan contra este consumismo exacerbado del que somos autores y víctimas con los medios que tienen a su alcance, como simples consumidores: negándose a comprar, aun pudiendo hacerlo; aprovechando aquello que tiramos alegremente y se encuentra en perfecto uso, supongo que renunciando a muchas frivolidades.
Hacer consumo de lo estrictamente necesario nos beneficia a todos, y eso no significa privarse de lo que nos hace la vida más agradable, de lo que nos gusta. Más bien es lo contrario: si solo compramos aquellas cosas que vamos a usar y de las que vamos a disfrutar nos sobrará (si la hipoteca lo permite) para seguir invirtiendo en ello. Y no desperdiciar recursos en productos inútiles.
Con el objeto de evitar en lo posible esa locura consumista que se nos avecina, queremos organizar en nuestra Peña, el día 13 de Diciembre (sábado) un mercadillo gratuito, en el que todos podamos intercambiar libremente aquellos objetos, libros, discos, incluso ropa, que no necesitamos pero que otras personas pueden desear.
Desde ahora podéis ir dejando en el local de socios todo aquello que deseéis aportar a este mercadillo. Expondremos el material el día fijado y entregaremos a Reto todo lo que sobre.
Participad. Luchar contra el consumismo es más importante de lo que parece: importante para nuestros bolsillos, importante para nuestro planeta, importante para los más pobres.